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Japón es un país con las estaciones muy marcadas. El mes de agosto es muy caluroso, y enero, es muy frío. Lo ideal es viajar en primavera o en otoño, aunque el verano y el invierno también tienen su encanto. Una muy buena época es desde el 1 de marzo hasta el 20 de abril, o también entre el 10 de mayo y el 1 de junio.
La última semana de abril y la primera de mayo coinciden con la popular Golden Week, periodo en el que muchos japoneses toman unas cortas vacaciones. En esos días, los hoteles y destinos turísticos se encuentran saturados y resulta muy difícil encontrar hospedaje.
Desde mediados de junio hasta mediados de julio suele ser la época de lluvias, un inconveniente si quieres visitar lugares al aire libre. Alrededor del 15 de agosto, los japoneses toman unas vacaciones de unos cuatro o cinco días llamadas Obon yasumi, por lo que tampoco es recomendable viajar en esas fechas por la gran cantidad de desplazamientos que se producen.
Durante el otoño, octubre y noviembre son dos meses muy buenos para visitar Japón, aunque existe cierta posibilidad de toparse con algún tifón o semana de precipitaciones continuadas. Si no te importa el frío o el calor, febrero y agosto son los meses con la menor probabilidad de lluvia. Otro periodo no especialmente recomendable, por obvias razones, son las fechas de final y comienzo de año.
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Una razón para viajar en una determinada fecha, puede ser el precio del billete y en esto las ofertas mandan, pero si tienes previsto viajar en temporada alta a incluyendo estancias en pequeñas ciudades, primero asegúrate los hoteles, dos o tres meses antes de la fecha que tengas previsto viajar a Japón, y una vez con la reserva adquirir el billete de avión para asegurarte el vuelo. La razón de tanta anticipación es que muchos hoteles y ryokan suelen tener reservadas sus habitaciones con mucha antelación. Si comienzas a buscar alojamiento solo un mes antes de tu viaje, es posible que ya no lo encuentres en el lugar deseado. En Tokio este problema es mucho menor, pero a última hora los precios son más caros.
Ya se ha comentado al principio, en el apartado «Desmontando tópicos», que el precio de un pasaje de avión, ida y vuelta, varía entre los 700 y 1900 euros, según la época. Las compañías que ofrecen tarifas más baratas desde España suelen ser Iberia, Lufthansa, Swissair, Finnair, Emirates, Alitalia, KLM, Air France, British Airways. Fíjate en los transbordos que deberás hacer en función del aeropuerto de partida y, sobre todo, en el tiempo previsto en tu escala entre la hora de llegada de un vuelo y la de salida del otro. Piensa que es muy posible que tengas que caminar por la terminal bastantes minutos para llegar a la nueva puerta de embarque, o incluso en algunos casos cambiar de terminal. Este aspecto es especialmente importante si los vuelos son de compañías diferentes.
A la hora de valorar y comprar el billete, si tu destino es Tokio, ten en cuenta las compañías que vuelan al aeropuerto de Haneda. A diferencia del de Narita que está a casi una hora de Tokio, el de Haneda se encuentra en la misma ciudad y podrás llegar al centro en apenas treinta minutos y con menor costo.
Si es la primera vez que viajas a Japón, el tiempo mínimo que deberías destinar para tu visita al país es de unos siete o diez días. Ten en cuenta que descubrirás una enorme cantidad de costumbres y ambientes muy diferentes a los que estás acostumbrado. Ver apresuradamente el máximo de lugares puede acabar confundiéndote.
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El visitar uno u otro lugar, depende mucho de los intereses de cada viajero. Eres tú quien debe decidir qué deseas ver y cómo repartes los días de tu estancia entre distintos destinos. Si te gusta lo vanguardista y el último grito en todo, Tokio es tu ciudad. Muy cerca se encuentra Kamakura, donde podrás ver templos con siglos de antigüedad y descansar un poco del vertiginoso ritmo tokiota. Si dispones de tiempo, debes ir inexcusablemente a Kioto, la antigua capital de Japón durante más de un milenio. Allí podrás empaparte de templos, jardines y arte. Además, con solo unos cuarenta minutos en tren llegarás a Nara, una población, más pequeña y con menos turistas, donde se encuentran algunos de los monumentos más antiguos de Japón (y donde puedes ver y dar de comer a ciervos galletas hechas de salvado de arroz con harina de trigo).
Si tienes la suerte de contar con dos o más semanas para tu viaje, debes pensar en visitar otros lugares interesantes, como Osaka, con su excelente gastronomía, o el espectacular Nikko, o la recoleta Takayama. Kanazawa es célebre por su jardín y su barrio samurái, y en Hiroshima te impresionará el santuario de Miyajima. Pero por supuesto que para los más inquietos hay muchos lugares que merece la pena conocer. Si eres esquiador disfrutarás en Nagano. Si buscas naturaleza, acércate a Hokkaido; si prefieres los trópicos, ves a Okinawa; y si quieres alejarte de las grandes ciudades no tiene más que buscar un destino rural.
En el apartado siguiente se detallan un poco más los destinos recomendados en función de lo extensa que sea tu estancia en Japón.
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Hay dos formas de organizar un viaje. La primera sería decidir los lugares a visitar y en su función establecer la fecha idónea y el tiempo necesario para verlos. La segunda es la más normal, cuentas con unos días fijos en una época determinada del año y debes amoldar a ellos lo que deseas ver. He aquí algunas sugerencias en función de lo larga que sea tu estancia:
Una semana
Si solo dispones de una semana, divídela entre Kioto y Tokio, reservando más días para una u otra ciudad según te apetezca ver el Japón tradicional de Kioto o el cosmopolita de Tokio.
Durante tu estancia en Tokio, visita las zonas de Shinjuku, Shibuya, Harajuku, Asakusa, Roppongi y Ginza. El Museo Nacional de Tokio, en el parque de Ueno, es comparable a los grandes europeos. Intenta ver una función de teatro kabuki en el Kabuki-za. En las taquillas se venden entradas para un solo acto de los tres o cuatro que se ofrecen por la mañana y por la tarde. Elije si puedes los primeros, suelen ser más espectaculares que los últimos de cada sesión. Tokio es una ciudad tan inabarcable como Nueva York. Cuanto más tiempo estés en ella más alicientes descubrirás, sea cual sea tu afición o interés.
En Kioto, no puedes dejar de ver los templos de Ryoan-ji, Kinkaku-ji (El pabellón dorado) y Kiyomizu-dera, así como el santuario de Fushimi Inari Taisha. Piérdete en el barrio de Gion y cena en alguno de sus locales. Si deseas contemplar jardines zen, dirígete al complejo budista de Daitoku-ji, sin salir de él podrás visitar algunos de los más célebres de Japón. Ves al Gion Corner, donde se ofrecen demostraciones de artes tradicionales japonesas como el arreglo floral, la ceremonia de té, así como una corta representación de teatro de marionetas y de teatro cómico.
10 / 12 días
Además de los lugares de Tokio y Kioto mencionados, añade la ciudad de Nara. Allí pasarás un día inolvidable admirando sus templos. Un poco en las afueras se encuentra Horyu-ji, un monasterio construido en el siglo VII y magníficamente conservado.
Aunque ya algo más lejos, desde Kioto puedes acercarte con el Shinkansen a Hiroshima para ver el santuario de Miyajima.
Si estás más días, con solo dos horas en tren, desde la estación de Shinjuku o la de Ueno en Tokio, llegarás a Nikko. Si quisieras, podrías reservar una noche en un ryokan cercano para ver muy de mañana su célebre santuario entre gigantescos árboles.
Si te encuentras en Tokio, piensa que Kamakura y Yokohama están muy cerca. En la primera, verás recoletos templos rodeados de una naturaleza espléndida. En la segunda, descubrirás un fascinante barrio chino con magníficas pastelerías y restaurantes.
15 días
Después de hacer todo lo anterior, puedes dedicar un día o dos para ir a Hakone, llegarás en una hora y media desde la estación de Shinjuku en Tokio. Un corto crucero por el lago te permitirá, si hace buen tiempo, contemplar la majestuosa belleza del Fuji.
Con estos tres días de más, también podrías aprovechar para, de camino a Hiroshima con el Shinkansen, hacer una escala en Himeji y ver su castillo, el más hermoso de todo Japón, o en Okayama para pasear por el espléndido jardín Koraku-en.
Si consideras que te sobra tiempo, en Kioto siempre tendrás templos y jardines para visitar. Podrías pasar meses y no los verías todos.
La ciudad de Osaka, a unos tres cuartos de hora en tren desde Kioto, también merece una visita. Su edificio Umeda Sky Building te impresionará, y lo mismo te ocurrirá cuando veas que una autopista atraviesa materialmente el Gate Tower. El barrio de Dotonbori te gustará por su ambiente y la ingente cantidad de bares y restaurantes.
20 días
La isla de Shikoku y las ciudades de Nagasaki, Fukuoka, Beppu, Matsue, Nagano, Kanazawa, Sendai, Sapporo y Hakodate quedan bastante alejadas de Tokio y requieren unas cinco o seis horas en tren desde la capital, pero también merecen dedicarles un día, como mínimo.
Para calcular el tiempo aproximado que se tarda en ir en tren de un sitio a otro, y así saber si necesitas cambiar de hotel o no, es muy útil la página web de Japan Transit Planner.
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Es aconsejable planificar el viaje con tiempo, reservar el hotel dos o tres meses antes de la fecha que tengas previsto viajar a Japón. La razón de tanta anticipación es que muchos hoteles y ryokan suelen tener reservadas sus habitaciones con mucha antelación. Si comienzas a buscar alojamiento solo un mes antes de tu viaje, es posible que ya no lo encuentres en el lugar deseado. En Tokio este problema es menor pero a última hora los precios son más caros.
Una vez tengas decidida la ruta y sepas cuantos días vas a estar en cada localidad, es hora de ponerse a reservar alojamiento en los lugares donde necesites pernoctar. A grandes trazos, puedes elegir entre hoteles de estilo occidental, hoteles de estilo tradicional japonés, llamados ryokan, y otra forma de hospedaje más sencillo que va desde los albergues juveniles hasta los denominados minshuku.
De los hoteles de estilo occidental no hay nada que explicar que ya sepamos todos.
Ryokan es el nombre que se da a los establecimientos de ambiente tradicional japonés, un concepto que admite ciertos matices. Su funcionamiento y servicios son como los de un hotel convencional: suministran toallas, hacen las camas, lavan la ropa, ofrecen desayunos y cenas, etcétera. Lo que les diferencia es su atmósfera, es decir, simplificando mucho, los tatami de las habitaciones, los baños de estilo japonés, su gastronomía y su atención más personalizada. Generalmente disponen de muy pocas habitaciones y como es lógico los hay de diferentes categorías.
En el tercer grupo, más asequible por su precio, se incluyen los albergues juveniles japoneses, que no imponen límite de edad y cuyo funcionamiento es similar al de los otros países, y un tipo de alojamientos que se denominan minshuku.
Los minshuku suelen ser establecimientos, de ambiente japonés casi siempre tradicional, gestionados por familias, pero que no ofrecen tantos servicios de atención al cliente como un hotel o ryokan. En ellos, el huésped debe plegar su futon, llevar sus toallas, lavarse la ropa, etcétera. Podrían denominarse pensiones, casas de turismo rural o bed and breakfast, aunque no son ninguna de esas cosas. A veces, los minshuku también se califican como ryokan.
El poder disfrutar de la estancia en un ryokan con su propio baño termal (llamado onsen) es algo que debes hacer, a poco que puedas. Los hay de todos los precios y, además, es una de las mejores formas de conocer las costumbres y uno de los hábitos más apreciados por los japoneses, el baño. A continuación, se muestra un listado donde se indica el margen en el que pueden moverse los precios de alojamiento en cada tipo de hospedaje. Piensa que en la mayoría de los ryokan permiten que en una habitación duerman más de dos o tres personas, pero que el precio de la pernoctación es por individuo, no por aposento.
Albergues juveniles, entre 2000 y 6000 yenes por persona y noche.
Minshuku, entre 5000 y 9000 yenes por persona y noche.
Ryokan, entre 15.000 y 50.000 yenes por persona y noche. En el precio suelen estar incluidos la cena y el desayuno.
Hoteles, entre 10.000 y 50.000 yenes por persona y noche.
Si viajas solo y buscas un hotel limpio y barato de estilo occidental, debes preguntar por un «business hotel». Son establecimientos pensados para individuos que viajan por trabajo y que solo han de pasar una noche en alguna ciudad, aunque no hay límite de estancia. Suelen brindar un mínimo de servicios complementarios, el desayuno siempre podrás tomarlo si lo deseas, y ofrecen casi exclusivamente habitaciones individuales. Solo un pequeño inconveniente, no cuentes con que hablen nada de inglés. Su precio varía entre los 6000 y los 10.000 yenes por persona y noche.
Pero también existen otras opciones menos convencionales. Los hoteles cápsula pueden costar entre 2000 y 4000 yenes por noche. Los hoteles del amor, entre 8000 y 20.000. Los templos budistas ofrecen alojamiento (shukubo) a precios muy ajustados. Finalmente, los cafés manga, en japonés manga kissaten o sencillamente manga kissa, son la opción más económica, entre 1000 y 8000 yenes, y la más adecuada si una noche te encuentras sin habitación.
En la mayoría de los casos podrás reservar cualquier tipo de alojamiento por Internet, en inglés. Es muy útil este buscador de la JAPANiCAN (JTB GROUP), en el que solo se debe introducir el lugar de destino.
Si deseas usar otras fuentes de información, para encontrar un ryokan o cualquier otro establecimiento de estilo tradicional, es muy práctica la web de la Japan Ryokan and Hotel Association. También existen otras, como esta de la Japanese Guest Houses, o esta de la Japanese Inn Group. Si eliges ir a un albergue de juventud, esta es la página de la Japanese Youth Hostel Association.
La mayoría de los alojamientos en Japón no disponen de las habitaciones hasta las 14:00 o 15:00 y lo más usual para registrarse (check-in) es hacerlo a partir de esa hora. Asimismo, la habitación debe dejarse libre entre las 10:00 y las 12:00 (check-out).
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Si eres una persona frugal, podrás comer en Japón por el mismo precio que un menú sencillo en España. Los fideos y arroces, preparados con condimentos muy variados, son deliciosos y se presentan en boles de gran tamaño. A partir de ahí se puede ir incorporando al «plato» principal todo tipo de acompañamientos, encurtidos, consomés, etcétera. Piensa que eso es lo que almuerzan al mediodía la mayoría de los japoneses cuando están trabajando. Un menú de ese tipo puede costar entre 700 y 1000 yenes. Por supuesto que también puedes degustar sushi por solo un poco más de esa cantidad. Si eres un sibarita de la gastronomía, lo más adecuado sería que contaras con unos 1000 yenes por persona para la comida del mediodía y reservaras de 3000 a 7000 yenes para una cena de buen nivel.
En resumen, para comer deberías prever un gasto diario por persona de entre 2000 yenes, si eres muy ahorrador, y de unos 5.000 yenes, si no lo eres.
Piensa que estamos hablando de cocina japonesa, no occidental. Si no puedes prescindir de un menú completo de estilo español, con dos platos, postre y bebida, entonces tendrás que buscar y sobre todo, adecuar tu cartera. Aprovecha tu estancia en Japón para probar la variada gastronomía del país, desde los platos más sencillos pero deliciosos hasta el más refinado menú de veinte bandejitas y cuencos. Debes saber que el agua y el té en los restaurantes japoneses son gratis y que no existen propinas, excepto en los locales muy exclusivos.
Para comprar artículos de alimentación, resultan muy prácticos los denominados konbini o convenience stores, que son comercios abiertos veinticuatro horas que venden mangas, bebidas, comidas preparadas, artículos de perfumería o papelería y un largo etcétera. Los más extendidos son Lawson y 7-eleven. Son un poco más caros que los supermercados, pero están mucho más extendidos.
En Japón existen miles de máquinas expendedores de bebidas y aperitivos por todos los sitios y sus precios llegan a ser a veces muy baratos, por lo que en algún momento pueden sacarte de un apuro por pocos yenes.
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En las grandes urbes como Tokio, Kioto y Osaka el gasto en transporte puede ser elevado. Piensa que el importe de los billetes del metro en esas ciudades varía en función de la distancia. Si tienes el Japan Rail Pass, intenta utilizar las líneas de la JR que atraviesan esas urbes siempre que puedas.
En Tokio, el precio actual mínimo de un trayecto en metro es de 180 yenes y el máximo de 330. En la capital japonesa operan dos compañías, la Toei y la Tokyo Metro, y se pueden comprar pases ilimitados para uno, dos y tres días por 800, 1200 y 1500 yenes, respectivamente. Recuerda que la línea circular Yamanote pertenece a la JR, por lo que podrás utilizarla gratis mostrando tu Japan Rail Pass.
Desde el año 2014 existe una aplicación para móviles que facilita enormemente el viajar por el metro de la capital japonesa y funciona sin necesidad de estar conectado. Su nombre es Tokyo Subway Navigation, si no, también se puede usar la aplicación Google Map.
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Toda persona que hace turismo en Japón suele visitar bastantes templos y jardines, además de los consabidos museos. Sus entradas varían entre 300 y 1000 yenes, y ese es un gasto muy a tener en cuenta si visitas dos o más cada día. Recuerda que en algunos sitios no se aceptan tarjetas de crédito y que, generalmente, en los museos no permiten la entrada una hora antes de su cierre y en los templos, treinta minutos antes.
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Se puede asegurar sin dudas que la mejor forma de viajar por Japón es el tren. La red ferroviaria cubre casi todo el territorio facilitando el transporte a las principales poblaciones y atracciones turísticas. Existen dos tipos básicamente, el tren de alta velocidad, también conocido como tren bala o Shinkansen, que permite desplazarse rápidamente entre grandes ciudades y que cuenta con una frecuencia de horarios cercana a la de los trenes de cercanías en otros países. El segundo tipo es el tren local o densha. Evidentemente se trata de un medio más lento y, aunque existen diferentes tipos, en general cuenta con una frecuencia de paso inferior, pero permite al viajero desplazarse desde las grandes poblaciones a ciudades y pueblos cercanos, y aunque parezca menos conveniente resulta imprescindible para acceder a ciertos lugares de gran interés turístico, permitiendo disfrutar desde la ventanilla del paisaje rural de Japón.
La conveniencia de este medio de transporte se ve resaltada gracias a la oferta Japan Rail Pass, un bono de viajes exclusivo para turistas extranjeros que permite coger un número ilimitado de trenes durante un periodo de tiempo determinado por un precio fijo. Cuando escribo esto existen tres opciones de bono, para 7, 14 y 21 días.
Dicho esto, no podemos olvidar que Japón es un país compuesto por numerosas islas y que se extiende a lo largo de 3.000 kilómetros de punta a punta. Por este motivo nuestro viaje puede exigir el uso de otros medios de transporte. Si queremos desplazarnos grandes distancias, como por ejemplo entre la región de Kansai (o Kinki) y la isla septentrional de Hokkaido, o si queremos visitar las Ryukyu, las islas más meridionales del archipiélago, el avión es la mejor opción, por no decir la única, dependiendo, eso sí, de nuestro presupuesto.
Y no podemos olvidarnos del barco, aunque las cuatro islas principales están unidas entre sí por túneles y puentes hay numerosas islas de menor tamaño que solo se pueden alcanzar haciendo uso de ferris, entre ellas algunos destinos de gran interés, como la isla de Miyajima. Numerosas compañías operan estas líneas y en general cuentan con barcos modernos que nos permiten disfrutar de la experiencia del viaje.
Además, si queremos viajar más a nuestro aire y disfrutar de rutas más personales y que nos permitan conocer el Japón rural en profundidad, siempre existe la posibilidad de alquilar un coche, hacer uso de las numerosas líneas de autobuses locales o hacer ciclo turismo, una forma de viajar cada vez más de moda. El transporte en Japón también puede ser una experiencia en sí mismo, ya que existen algunas propuestas curiosas como barcos tradicionales, trenes panorámicos o temáticos, excursiones en jinrikisha (una carretilla tirada por una persona, como un rickshaw), etcétera.
En las ciudades los medios de transporte son los habituales, metro, trenes de cercanías, autobús, taxi, monorraíl, bicicleta, etcétera. En ciudades como Tokio el metro y el tren de cercanías son las mejores opciones ya que la ciudad cuenta con una completa, aunque algo compleja, red de estaciones. Hay que tener siempre en cuenta los horarios de los últimos trenes, ya que son más tempranos que en España y nos pueden obligar a hacer uso de un taxi cuyas tarifas son bastante elevadas.
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En Japón existe una gran variedad de tipos de alojamiento. En las grandes ciudades la oferta es abundante y variada lo que nos permite elegir la opción que más nos interese tanto por gusto como por precio. En las zonas rurales la variedad se reduce, pero podemos aprovechar para conocer algunas de las formas de alojamiento tradicionales de Japón. Vamos a repasar los tipos de alojamiento más frecuentes y ver sus características generales.
En Japón, por supuesto, se pueden encontrar hoteles de estilo occidental con una oferta que va desde los lujosos hoteles de cadenas internacionales a los más modestos hoteles de negocios. Son un tipo de alojamiento principalmente urbano, aunque también se pueden encontrar en las cercanías de algunas de las principales atracciones turísticas alejadas de las ciudades. Las habitaciones que ofertan tienen las típicas configuraciones, desde las individuales a las familiares, y suelen contar con un desayuno incluido tipo bufet en el que se ofrece tanto comida occidental como japonesa.
En el lado opuesto encontramos los ryokan, un tipo de alojamiento tradicional japonés más frecuente en zonas rurales pero que también lo podemos encontrar en ciudades como Kioto o Nara. Aunque como sucede con los hoteles, la oferta es diversa el precio suele ser entre medio y alto. La habitación suele ser de estilo japonés o washitsu, con suelo de tatami y camas tipo futón. El desayuno, de estilo japonés, se suele servir en la misma habitación y es frecuente que dentro del régimen de alojamiento se incluya también la cena. Es recomendable experimentar este tipo de alojamiento no solo por sentir cómo es la experiencia de dormir en una habitación de estilo japonés, sino también porque la oferta gastronómica de estos establecimientos suele ser muy interesante, a base de productos locales y de temporada.
Además, es habitual que en ciertas zonas los ryokan tengan acceso a su propio onsen o baños termales naturales. Los onsen, y en general los baños de agua caliente, son una pasión para los japoneses que ha originado toda una cultura a su alrededor. Eso sí, los onsen son solo aquellos que utilizan manantiales naturales. Los hay públicos, abiertos al visitante, y privados, solo para disfrute de los huéspedes del ryokan. Dentro de los onsen hay tipos, aunque se puede hacer una división clara entre interiores y exteriores. Los baños termales exteriores, o rotenburo, pueden estar situados en paisajes naturales o en un jardín. Nunca está de más recordar que el uso de los onsen tiene unas reglas que debemos cumplir para poder disfrutarlos sin molestar a otros usuarios. Aquí un repaso rápido para disfrutar de un baño termal como un experto: los baños están separados por sexos, excepto baños reservados para parejas o familias; hay que lavarse antes de entrar; los baños se deben realizar estando completamente desnudos, incluso en los públicos; y es común que esté prohibido el acceso a personas con tatuajes.
Además de los tipos de alojamiento citados existe una oferta más extensa, alojamientos que además suelen estar dirigidos a viajeros con presupuestos más limitados, pero no por ello son opciones menos interesantes. Nos referimos a alojamientos como las guest house o pensiones y los minshuku, versión económica de los hoteles y los ryokan, respectivamente, los albergues juveniles o para «mochileros», o el alquiler de habitaciones y casas a particulares a través de plataformas on-line como Airbnb.
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La sociedad japonesa es una de las más eficientes y prácticas que nos podamos imaginar, todo está pensado para la comodidad del ciudadano o mejor dicho del cliente. Un ejemplo de esto último lo encontrarás en cualquiera de los estupendos grandes almacenes, un lugar que debes visitar tanto si buscas simples objetos de consumo como si te encanta recorrer los mercados o eres aficionado a la artesanía. Como es muy lógico que mientras deambulas por sus diferentes secciones te apetezca descansar un rato, no es necesario que subas a las últimas plantas donde siempre se encuentran los bares y restaurantes, basta con que busques en el piso donde estés, hay un rincón donde se han colocado unos cómodos asientos precisamente para uso de los clientes, y sin que tengan que consumir nada. Una muestra más de la atención que se les dispensa en Japón.
Un aspecto que resulta muy práctico cuando se viaja es la abundancia de máquinas expendedoras que verás por las calles y todos sitios. En ellas podrás adquirir bebidas calientes, refrescos, platos precocinados, fruta, periódicos, manga y cualquier otra cosa que necesites en un momento y en un lugar determinados, incluso en el sedero que conduce a la cumbre del monte Fuji.
El paradigma de la comodidad y eficiencia niponas es su red ferroviaria y de metro. La de Tokio te permitirá llegar a casi cualquier lugar, incluso acceder directamente a muchos inmuebles y centros comerciales sin tener que salir a la calle. Además, su sistema de señalización es perfecto y solo requiere que no te pongas nervioso cuando te digan que la estación de Shinjuku, un barrio de la capital que casi seguro querrás visitar, tiene ¡doscientas salidas! Lo único que has de saber antes de apearte del vagón es a qué edificio, gran almacén, museo o calle te estás dirigiendo y buscar el plafón en el que aparezca su nombre.
Sentarse en el suelo
Si visitas lugares tradicionales, te hospedas en un ryokan o acudes a según qué restaurantes, tendrás que sentarse en el suelo sobre tatamis. Esa postura resulta bastante incómoda para un occidental si debe mantenerla mucho tiempo, pero puede resultar embarazosa si eres mujer y llevas una falda muy ajustada.
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Japón es, sin duda alguna, el país más seguro del mundo. A los extranjeros les cuesta creer que es posible perder la cartera con dinero en el metro de Tokio, o de cualquier otra ciudad, y recuperarla al día siguiente sin faltarle ni un solo billete. El servicio de objetos perdidos es de una eficiencia absoluta y la honradez del pueblo japonés, descubierta por los primeros portugueses y españoles que llegaron al País del Sol Naciente en el siglo XVI, sigue siendo ejemplar. Esto no quiere decir que si frecuentas algunos barrios nocturnos no actúes con un mínimo de sentido común.
Los hurtos de bolsos, monederos, teléfonos, ordenadores, etcétera son prácticamente inexistentes en Japón. Si te olvidas el móvil en el bar donde has tomado un refresco, no te preocupes, en cuando te des cuenta, regresa y lo encontrarás en el sitio donde lo dejaste. Si tienes algún problema puedes acudir a alguna de las pequeñas comisarías de policía que se hallan en la calle. Son pequeños edificios, un poco más grandes que un quiosco, que se llaman koban. Ahí te atenderán perfectamente, aunque con la limitación del idioma. Si te has perdido y tu navegador no funciona, es el mejor sitio para que te indiquen cómo llegar a donde quieres ir señalándote el camino en un plano.
Deberías llevar siempre contigo una tarjeta del lugar donde te hospedas. Pídela en la recepción, nada más registrarte. Generalmente, están escritas en japonés por un lado, en inglés por el otro y suelen incluir un pequeño mapa de ubicación del establecimiento. Te resultará imprescindible si debes tomar un taxi de vuelta o simplemente te has perdido y necesitas preguntar a alguien cómo llegar a tu hotel. Su nombre japonés es meishi.
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Ir de compras es uno de los principales pasatiempos de los japoneses y así lo demuestran los numerosos distritos comerciales que pueblan sus ciudades, pero antes de ir de compras veamos algunos datos prácticos. La moneda en Japón es el yen y su valor ronda los 160 yenes por euro. Es recomendable hacer el cambio de moneda en el aeropuerto al llegar a Japón donde las oficinas de cambio de diferentes bancos japoneses ofrecen una muy buena tasa de cambio. Si necesitáramos cambiar algo más de dinero durante el viaje se pueden encontrar algunas oficinas de cambio en el centro de las ciudades, aunque no son abundantes, con la excepción de Tokio donde últimamente son más fáciles de encontrar. También es conveniente advertir que hay algunos comercios, especialmente restaurantes populares, en los que no se admite tarjeta de débito y las de crédito extranjeras a veces no funcionan, por este motivo es mejor llevar siempre efectivo.
En los cajeros automáticos de las tiendas de veinticuatro horas de la cadena 7-Eleven podrás sacar dinero con la mayoría de las tarjetas no japonesas, VISA, Mastercard, Maestro, Cirrus, AMEX, etcétera. Y lo mismo en las oficinas de correos, mediante lo que denomina International ATM Service. En la página web de la Japan National Tourism Organization se explica el funcionamiento de ese servicio ATM, siglas de Automated Teller Machine, y ofrece un buscador de cajeros automáticos.
El horario comercial en las ciudades es de 10:00-20:00 todos los días, incluso hay sitios que abren hasta 22:00. Hay sitios abiertos las 24 horas en zonas cercanas a las grandes estaciones en casi todas las ciudades, principalmente los konbini, unas pequeñas tiendas donde se vende de todo, y también las tiendas Don Quijote (o Donki, como dicen en Japón) que son grandes almacenes donde venden de todo a precios muy asequibles, perfecto para comprar suvenires.
Si lo que buscas son rebajas, debes saber que su temporada es de junio a mediados de julio y principios de enero y el mes de febrero.
En Japón existe un sistema de devolución de tasas (el 10%) para compras, realizadas por extranjeros de paso por el país, cuyo importe que sea superior a 5.000 yenes. Los grandes almacenes y centros comerciales disponen de un servicio que te ayudará en los trámites. Pero para beneficiarte de esta opción debes llevar contigo el pasaporte, pues te lo pedirán en el lugar donde realices la compra.
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Tarjeta de Crédito
Ten en cuenta que, debido a la gran seguridad ciudadana, muchos japoneses están acostumbrados a llevar dinero en efectivo para los gastos corrientes y no emplean la tarjeta de crédito tan a menudo como en los países occidentales. Tras la pandemia, pago con tarjeta (o con móvil) aumentó notablemente pero siempre deberías tener en tu cartera unos cuantos billetes y monedas. No confíes que la puedas utilizar en todos los lugares. Algunos de los bares, tascas y restaurantes en los que comerás no la aceptarán. Si te alojas en algún albergue tradicional como los ryokan, confirma previamente si las admiten antes de hacer tu reserva. Cuanto más te alejes de Tokio, más aconsejable es llevar dinero en efectivo. En cambio son mayoría los taxis que admiten este sistema de pago.
Cambiar Moneda
El cambio de moneda está sujeto a múltiples factores que impiden ofrecer un consejo exacto sobre dónde es más rentable comprar yenes. Para ver la cotización del yen respecto al euro puede usarse la web Xe.com, aunque hay muchas similares. Debes decidir si prefieres comprar las divisas en España o en el aeropuerto de Japón, nada más llegar. También existe la opción, quizás un poco anticuada, de adquirir cheques de viajero en yenes, como los de American Express, que podrás cambiarlos por efectivo en los principales bancos japoneses, aunque no en todas la agencias.



